La economía chilena enfrenta un 2025 marcado por desafíos estructurales y riesgos inflacionarios. A pesar de una moderación en la inflación, esta sigue por encima del rango meta del Banco Central, lo que ha llevado a una política monetaria cautelosa. Factores como la volatilidad cambiaria, los altos costos energéticos y la dependencia de la exportación de materias primas afectan la competitividad y el crecimiento del país. Además, las reformas tributarias y laborales en discusión generan incertidumbre en el sector privado, limitando la inversión y la generación de empleo. El equilibrio entre el control inflacionario y el crecimiento económico es clave para fortalecer la confianza y atraer inversión.
Las empresas enfrentan mayores costos operativos, reduciendo márgenes de ganancia y afectando la producción. La incertidumbre en torno a políticas fiscales y laborales refuerza una postura conservadora entre los inversionistas, lo que impacta negativamente la atracción de capitales. Aunque la inflación muestra signos de estabilización, su nivel aún genera preocupación. Es fundamental implementar políticas públicas que incentiven la inversión privada y la productividad sin comprometer la estabilidad macroeconómica, asegurando un desarrollo económico sostenible en un contexto de alta volatilidad global y desafíos internos.
Puedes descargar el informe completo aquí: Perspectiva Económica – Enero 2025