Columna de Rafael Aldunate en El Líbero
Las caricaturas que se expresan en retratos y dibujos con un breve diálogo, en política, son particularmente expresivas y certeras, manifestadas desde antaño y mantienen su plena vigencia… “Un ávido e inquisitivo lector entra a una librería y consulta a la bibliotecaria; en que apartado o sección debería encontrar un buen y representativo libro con una exitosa experiencia socialista con la presencia de un fortalecido Estado… y la solvente profesional en cuestión, con un gesto adusto y perpleja, le responde lacónicamente, trasládese a la ‘sección ciencia de ficción’”.
Ciertamente es una incontrastable realidad, evidenciable, época a época y de país en país, el omnipresente Estado, sustentado ilusoriamente en una sensible y errónea interpretación e ilusoria de la justicia social, que todos son dueños de todo, ergo nadie y así se evitan la libre como ecuánime y justa competencia, y el espacio propio e individualizado de cada individuo.
El actual gobierno nació de la crítica velada, de un discurso ajeno a la realidad, de la suma de posiciones reduccionistas, del asambleísmo universitario, de un neo-marxismo artificioso, de una asonada revolucionaria destructiva tanto de lo material como de los códigos de éticas más esenciales; mutando del camino del válido bienestar que se atrofió por un bacheletismo anti sistémico de parte sustancial de la inspiración de la social democracia; de una inexperiencia de conducción rudimentaria; vacíos de un gobierno corporativo sólido en el Ejecutivo; de una finalidad más política de alcanzar el poder; se desvela y trasluce la inmadurez de una administración que rehúye sus responsabilidades y ese zigzagueante proceder sólo debilita las instituciones (contrario de los presidentes anteriores que les primaba el sentido de responsabilidad republicana en una forma integral, acento Frei, Lagos y Piñera); una conducción inducida de intereses ajenos de principios (elocuente testimonio de las modeladas Fundaciones para autofinanciar su clientela política y sus bolsillos, en las formas más extendidas como perversa y desboscada de corrupción institucionalizada).
Un programa original de gobierno, acentuando definitivamente, en la frágil y temporal distribución y no la generación de riqueza; la demolición de los equilibrios de los tres poderes del Estado; una implícita lucha de clases social y económica, expresado en la asfixia de la salud y educación privada, atentando con lo más dignificante de una sociedad civil y sus opciones como libertades individuales.
El proyecto constitucional fraguado por este gobierno es l0 más ilustrado de sus intenciones de desarticular la idiosincrasia del país en todos sus frentes y desmantelar arraigados valores tejidos a lo largo de nuestra historia republicana. Antes y después del veredicto de la “no Constitución aberrante”, pese a sus mutaciones menores, presenciamos un gobierno fallido, que ha herido el alma y quehacer como la propia idiosincrasia del país, con un manifiesto signo incierto y diría angustioso, de cuestionamientos e interrogantes, si efectivamente se podrá recuperar el “contrato social” que permita convivir en ambientes moralmente estableces y predecibles.
Enunciaremos los multifacéticos desarraigos y pérdidas de rumbos. La política se había encauzado en la “medida de lo posible”; con el frontón del PC y el FA lo han conducido en la “medida de lo imposible” y en la “democracia de los desacuerdos” que más palpable… que, ante cada proyecto de ley, de avanzar en la más emblemática problemática de la propia seguridad personal, han votado contra el anhelo primordial de la ciudadanía. A tener presente, sin excusa que se valide.
La crisis migratoria toca fondo, los extranjeros irregulares se triplican en dos años, alcanzando 336.000, y la masa de clandestinos alcanza cifras siderales no absorbibles ni en un plazo de 10 años, por cuanto se ha restringido a un mercado del trabajo estático, predominando la forma más precaria de la informalidad, golpeando a las mujeres sensiblemente, con un desempleo inaceptable de un 9,2%, esencialmente por políticas públicas que el gobierno, erróneamente las considera “avances sociales” (menores horarios/ sueldo mínimo/otros ) y el mercado como los fundamentos económicos, les responde con una rotunda paralización de oportunidades, irremediablemente no sacan lecciones de la propia realidad…
Y todo este escenario conspira contra el sector privado terminantemente, partiendo por su bajo reconocimiento y con el agravante no sólo que las empresas tienen la tasa impositiva más alta de la OCDE, sino que la recaudación es un 24% del total de los tributos fiscales versus sólo de un 10%, del resto. Atrofiando el aparato productivo, las empresas son las vacas lecheras, las que deberían tener más holguras y estímulos por su esencia de generadores de valor. No hay leña guardada… por cuanto la ecuación ahorro-inversión sólo ha disminuido en este gobierno. Presionado por un orificio de una salida de capitales de US 24.000 millones y el ahorro de las personas a decaído a un frágil 4% del PIB, ambos hijos de la desconfianza. Más la deuda pública que desborda el 40% del PIB, y con impracticabilidad de nuevos recursos y lo estático de la reversión de los gastos, incorpora otra inmovilidad a la estructura económica.
El país requiere una reversión, una trasformación hacia la moderación y no un salto en el vacío. La economía de mercado en sí misma, al ser inherentemente natural exige y pide un reflejo del comportamiento personal, los países que sistemáticamente han despegado es con: estabilidad política, invariabilidad tributaria, el mercado como protagonista de las señales de los consumidores, una Estado ligero aplicado en busca de soluciones, estímulos a la inversión y un orden político que converja a predicamentos de soluciones país y no al multipartidismo.
Habrá que enfatizar, lo que fehacientemente se ha experimentado, que sin seguridad y estabilidad social, que se logra sólo con medidas de coerción que el antisocial las encarne como falta y costo mayor, es indispensable que la sociedad tome conciencia que las medidas de rigor tendrán que ser draconianas.