En el contexto de la nueva Constitución se ha dicho reiteradas veces que nuestro país debe apuntar a una mayor descentralización. Las menciones positivas parecieran haberle otorgado al concepto de descentralización, una connotación positiva y que, por lo tanto, Chile debería ser más descentralizado.
Al respecto, hay que tener presente las ventajas y desventajas tanto de la centralización como de la descentralización. Primero que todo, al hablar de descentralización se entiende como la forma en que se distribuyen funciones, asignaciones, atribuciones (entre otras) para los distintos niveles que existen en la administración del gobierno con el objetivo de alcanzar un balanceo “óptimo”. En otras palabras, maximizar los beneficios acordes a la disyuntiva entre centralizar y descentralizar.