El desempeño económico de junio mostró señales de enfriamiento, con un crecimiento anual de apenas 3,1%, por debajo de las proyecciones más optimistas del mercado que esperaban hasta un 4,0%. La serie desestacionalizada mostró una caída de 0,4% respecto del mes anterior y un avance de 2,9% en doce meses, confirmando una rápida desaceleración en el ritmo de crecimiento.
El Imacec no minero tuvo un mejor desempeño, con un aumento anual de 4,8% y un alza de 0,8% mensual en términos desestacionalizados, impulsado principalmente por los sectores de servicios, comercio e industria, aunque compensado parcialmente por una menor producción minera.
Si bien en la primera mitad del año la economía acumula un crecimiento preliminar de 2,4%, es importante considerar que parte del dinamismo de junio se explica por un día hábil adicional, lo que representa cerca de 0,5 puntos porcentuales del alza. Ajustando por este efecto, la expansión real habría sido cercana al 2,6%.
En una mirada de mediano plazo, detectamos que la actividad económica ha mostrado avances puntuales en los últimos meses, pero sin consolidar una tendencia sólida de crecimiento. Factores externos, como tensiones geopolíticas o comerciales, podrían frenar aún más el dinamismo, afectando inversión, comercio y estabilidad financiera.
La desaceleración observada en junio —en contraste con la mayor velocidad de crecimiento registrada en abril— nos lleva a proyectar un segundo semestre marcado por menor actividad, en un contexto donde se desvanecen los impulsos positivos que habían apoyado la recuperación.
Lee el informe completo aquí: Perspectiva IMACEC – Agosto 2025